El concepto de salario es uno de los más importantes del derecho laboral.
Si bien varias leyes se refieren al salario, ninguna lo define con carácter general. Más allá de eso, la definición que los jueces y la doctrina laboral suelen sostener, consiste en que se trata de aquellas ventajas cuantificables económicamente que percibe el trabajador, como consecuencia del trabajo prestado para su empleador en una relación laboral.
La mayoría de los trabajadores subsisten gracias a su salario. Es por ese motivo que el salario posee "naturaleza alimentaria" y eso genera una serie de protecciones que el derecho laboral establece respecto del salario del trabajador.
Por un lado, el salario se protege respecto del empleador. Esto implica que el salario no podrá ser disminuido por la mera decisión del empleador. Si eso sucede, el trabajador podría considerarse indirectamente despedido y reclamar la indemnización por despido que le corresponda, de acuerdo a su salario y antigüedad.
Puede ser admisible que exista una disminución salarial, pero si es en acuerdo entre el trabajador y el empleador, la situación suele ser considerada válida por la justicia laboral, si es que se arriba a un acuerdo que cumpla determinados requisitos.
También se protege el salario respecto del empleador mediante la imposición de plazos para el pago, sanciones en caso de incumplimiento y limitaciones respecto a la forma en que se debe pagar el salario. A modo de ejemplo, en principio los salarios mínimos deben abonarse en dinero y no en especie.
Por otro lado, el salario se protege respecto de los acreedores del trabajador. Esta protección se materializa mediante la limitación de las retenciones que pueden ordenarse sobre el salario del trabajador. La ley 17.829 establece como requisitos que esas limitaciones puedan realizarse siempre que exista el consentimiento del trabajador (salvo las que sean dispuestas judicialmente), y que la retención, así como quien la solicita, tengan la autorización legal para hacerlo.
Adicionalmente, se establece un mínimo intangible que el trabajador deberá cobrar, independientemente de las retenciones que posea. Ninguna persona física podrá percibir por concepto de retribución salarial o pasividad una cantidad en dinero inferior al 35% del monto nominal, deducidos los impuestos a las rentas y sus correspondientes anticipos, y las contribuciones especiales de seguridad social. Respecto de algunas retenciones, el mínimo se rebaja al 30%.
