República AFAP

En 1960 el psicólogo Walter Mischel de la Universidad de Stanford realizó un estudio que más adelante fue denominado "Prueba del Malvavisco". El mismo consistía en darle a un niño un malvavisco (dulce irresistible para un pequeño si los hay) y decirle que si aguantaba unos minutos sin comerlo, se le iban a dar dos, dejándolo luego solo por unos minutos. Algunos niños hacían un esfuerzo enorme para aguantar y recibir doble ración, mientras otros no soportaban la espera y se lo terminaban comiendo.

Lo interesante de este estudio es que se le hizo seguimiento a los "sujetos de prueba" durante toda su vida y lo que se descubrió es que de adultos, aquellos que pudieron esperar por su segundo malvavisco habían logrado ser más exitosos en su vida profesional y personal.

Esta investigación habla de la satisfacción inmediata contra posponer la satisfacción para obtener algo mejor después, siendo esta última habilidad algo que nos ayuda en todos los aspectos de nuestra vida, incluidas nuestras finanzas personales.

Ahorrar es guardar dinero hoy para un objetivo el día de mañana. Es sacrificarme hoy por algo que me va a generar más felicidad en el futuro.

En un mundo que gira en torno al consumo, entender la importancia del ahorro es fundamental, pues es la herramienta que nos permitirá conseguir nuestros objetivos. Usualmente tenemos un concepto equivocado sobre el ahorro. Pensamos que ahorro es aprovechar una oferta de 2x1 o comprarme cosas en un outlet. En realidad, estas son técnicas que nos ayudan a gastar menos o a adquirir más productos por el mismo dinero, pero no es ahorro.

El ahorro siempre debe estar atado a un objetivo. La única razón por la cual voy a hacer un sacrificio hoy, es si puedo visualizar el resultado de ese sacrificio en el futuro y es algo que me genera felicidad. En otras palabras siempre debo ahorrar con un objetivo (o varios) en mente. Tengo que saber para qué ahorro. Por ejemplo, imaginemos que estamos ahorrando para unas hermosas vacaciones en el Caribe.

Ahora, llego a mi casa a las 10 de la noche, cansado luego de una larga jornada y estoy muerto de hambre y sueño. Puedo cocinarme algo pero desde mi interior hay una vocecita que dice: "Pedite algo a la pizzería de la esquina y luego a la cama". Suena interesante, pero voy a gastar más que si me cocino. Lo único que puede acallar esa voz es saber que si hago eso estoy un poco más lejos de mi objetivo, estoy más lejos de esas playas cristalinas del Caribe. Entonces elijo cocinarme algo. Sin ese objetivo es muy difícil ahorrar porque no tengo un motivo claro para hacerlo. Gana el cansancio y el hambre.

El objetivo es la fuerza que nos permitirá salir de la rueda del consumo y nos permitirá enfocarnos en lo importante. Los niños que esperaron por su segundo malvavisco tenían la tendencia natural a dejar de lado sus impulsos por un objetivo mayor y es esa misma tendencia las que los ayudó a ser exitosos en la vida. No todos tenemos en nuestra naturaleza el ser así y si a eso le sumamos un mundo que nos invita a consumir todo el tiempo, eso hace que ahorrar sea una tarea faraónica en estos días. Por eso entender la razón del ahorro es un paso imprescindible.

Definamos claramente nuestros objetivos de ahorro, pongámoslos por escrito y tengamos presente todo el tiempo, de esa forma veremos que ahorrar se hará mucho más fácil.

 

Documentos asociados:

La importancia del Ahorro.pdf